por Cuando entró el siglo 21 (2000) se empezó a vislumbrar en el mundo de la TV la creación de historias inspiradas en los años 80’s, por sus fuertes iconos, cosa que parecía enfatizarse debido a la incertidumbre del cambio de siglo, pero mirando la historia de los medios de entretenimiento, no habíamos percibido que en los años 80’s el media se estaba inspirando en los 50’s y 70’s, sobre todo en la música y en el cine y los Baby boomers estaban gozando de esas remembranzas de época. Hoy en la generación millenial el delicioso fenómeno se repite con series, comedias, y el drama juvenil del sci-fi como Stranger Things o 13 Reasons y la reciente película Polaroid, donde hacen de objetos vintage los protagonistas de las tramas, sin olvidar la pasiva Anabelle emulando al sanguinario Chucky.
Super 8, película sobre extraterrestres de Steven Spielberg.
Recrear los 80’s con sumo detalle y gusto es una tarea artesanal, tal como lo hizo con gracia Donnie Darko y es tambien lo que intenta hacer con ciertas fallas Stranger Things. Y en esa labor de recrearnos más de esta época nos esperan 3 temporadas más de esta serie que Netflix se ha propuesto desarrollar. El intento de algo parecido a Stranger Things ya vino de la mano con la película de Steven Spielberg Super 8, en la cual pienso se basa la serie. Super 8 es implacable, olvidando en su recorrido que sus protagonistas principales son niños creando Spielberg una combinación oscura entre The Goonies sin comedia y La guerra de los mundos dentro del contenido acaparando esta segunda referencia toda la tensión, incluso sobrepasándole.
¿Qué tiene Stranger Things para pertenecer a esta cadena de carrusel en memoria del tributo ochentero?
Un intento de tributo estético como toda locación en el tiempo, aunque para los puristas 80’teros las fallas visuales estaban a la orden del momento, mientras los diálogos y el exagerado altruísmo infantil de los papeles procura seguir las pautas de los scripts de esos años, la intencional sobreinformación nerdista que manipula la serie le hace ver en partes forzada y antinatural, pero salvada por las actuaciones de los chiquillos ajustándonos dentro de la década.
El walkie Talkie más robusto que pudieron encontrar.
En sí Stranger Things es una condensación acordeónica del género, donde los hermanos Duffer se han inspirado eclécticamente en cada hit de culto del cine de sus vivencias, sobre todo del Sci-fi, no tocando; algo que hizo falta y fue el burdo terror de las películas B de esos años. En los momentos cumbres de la develación del monstruo la serie cayó en un paréntesis que saltaba a los 90’s con Expedientes-X.
Mientras la división dimensional hacía imaginar algo que nunca se percibió en Aliens -a quien tambien parece referenciar la serie- fue el adentrárnos al mundo de este depredador y sus trampas de cacería al habitar en un limbo producto de un agujero de gusano. A pesar de todo, es lo más interesante y sobresaliente de esta primera temporada, la creación de aquel ser extraño y su habitat.
No puedo olvidar la mezcla de influencias que estructuran a Eleven la niña y personaje central, llevando en sí partes de Firestarter, Darryl, Starman, y todos los X-men sobre su cabeza y extremidades. Las referencias estan ahí, aunque a veces suenan obvias como la peluca y el disfraz de niña E.T.
Encuentre las diferencias.
En resumen sobresalió lo que mejor se trabajó, el carisma de los muchachos y lo que hará interesarnos en la próxima temporada. Donde esperamos se devele un plot aún más grande, ya que nos queda pendiente el origen de los experimentos, la razón de mantener atrapado dimensionalmente al alien y no mantener la trama cerrada y añadir personajes más pintorezcos o de hecho imaginar que debajo de todo esto hay algo más que un alien menor y nos regalen algo del aire caótico de ¿Starship Troopers? apareciendo nuevas criaturas pero desde portales dimensionales. Y aunque Starship Troopers está fuera de referencia, podría alimentar un interesante giro.
Como detalle final, encontramos algo de profundidad en el drama de sus personajes secundarios, la madre del abducido Mike, su hermano y el policía Jim Hooper hacen que la serie se mantenga pisando el suelo, algo poco visto en los personajes de las películas a las cuales se hace referencia Stranger Things.
Un bicicleta fuera de década. El 3-pieces (juego de pedales) aparecieron a finales de los 80’s.
En los props, a pesar de los decorados con posters de películas en los cuartos, cuadernos, juguetes, libros y hasta una tabla de Ouija en un armario, las deficiencias de época en el vestuario era evidente. Parecen más chiquillos de los 70´s que entrado los 80’s. Las bicicletas, personajes que de alguna manera son claves para la atmósfera ochentera se diseñaron forzadamente con piezas actuales.
La segunda temporada.
La próxima temporada saldrá en octubre y los muchachos estan bien situados en el Halloween de sus tiempos.
Ya nos dicen que en esta segunda temporada lo que cundirá es el pánico y más horror. ¿Aliens en forma de perros? ¿Más víctimas que -como en la imágen-ir rescatando disfrazados de cazafantasmas? Seguirán las referencias a los 80’s como plan decorativo y tributo a la época. Me apunto a creer que Strangers Things es un producto muy millenial cuya fórmula tiene una intención comercial de fondo, un poquito descarada al enunciar otras películas de culto para atraer a esta generación al consumo de esas joyas de los 80’s. A reciclar se ha dicho para los amantes de los 80’s.
Nos despedimos con el Poster que Netflix comisionó al artista Kyle Lambert, quien estudio y emuló el estilo del artista Drew Struzan quien hacía todos los posters de las películas famosas de los 80’s, incluyendo Star Wars.
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